Conversaciones con Percy Spencer a través de una médium

Conversaciones con Percy Spencer a través de una médium

retrato¿Saben aquellas personas que dicen: “yo nunca he creído en adivinos, ni videntes, pero una vez fui a que me echaron las cartas y me quedé impresionado”? Pues yo soy una de ellas. Concretamente fui a la consulta de la Médium Toñi y os puedo asegurar que fui con una actitud totalmente descreída, pero es que era realmente buena. Cuando me presenté le dije: “Me llamo Javier y no creo en estas tonterías”. Y lo primero que me dijo fue: “Javier es un nombre precioso, pero veo en mi bola de cristal que hay gente que te llama Javi”. ¡¡Y es cierto! Mucha gente me llama Javi.

Entre los servicios de le Médium Toñi estaban leer el futuro, leer el pasado, contactar con muertos, curar el mal de ojo, hacerte la declaración de la renta y llevarte la cuenta de twitter si eres famoso. Le dije que quería contactar con un muerto famoso, concretamente con Franco. Como amante de la historia, le quería preguntar si tenía el culo blanco porque su mujer lo lavaba con ariel. Si no fuera posible contactar con el generalísimo, hablar con Michael Landon o Copito de Nieve también me hacía ilusión. De repente, a la Médium Toñi le dio el baile de San Vito. Estuve a punto de llamar al 112, pero enseguida se calmó, aunque me percaté de que su mirada era distinta. Estaba claro que un espíritu se había adentrado en su cuerpo. Empezó a hablar con voz grave y mantuvimos esta conversación.

– Hola, soy Percy Spencer.

– ¿Quién?

– Percy Spencer.

– Ah… pero quería hablar con un famoso.

– Yo soy famoso. Inventé el microondas.

– Genial. ¿Está por ahí cerca John Lennon o Shakespeare?

– ¿No me has oído? ¡Inventé el microondas! El electrodoméstico que ha revolucionado la forma de cocinar. ¿Es que no quieres preguntarme nada?

– Sí, tengo una duda con los espíritus. ¿Por qué cuando habitáis en un casa encendéis los electrodoméstico o las luces? ¿Os pagan algo las eléctricas?

– Eh… eh… pero…

– Bueno, en tu caso encenderás microondas, me figuro.

– Mira, es muy frustrante venir desde el más allá para tener esta conversación tan estúpida…

– Tengo otra duda. ¿Cómo te has metido en el cuerpo de la Médium Toñi? ¿Por las orejas? ¿Por la boca? ¿Por la nariz?

– ¡¡¡Por el culo!!!!

De repente la mesa se elevó, las ventanas se abrieron y la Médium Toñi me estornudó en toda la cara. El espectáculo había tenido un final más decepcionante que el de la serie “Perdidos”. Mientras me limpiaba la cara con un pañuelo, le pregunté a la médium:

– ¿Cuánto es la tarifa?

– La voluntad.

– Ah, pues si es la voluntad, no voy a pagarte nada. No he me lo pasado nada bien.

– Bueno, yo te he hecho un servicio y me tienes que pagar algo.

– No pienso. Además como adivina tendréis que haber visto que no te iba a pagar y no haberme hecho el servicio.

Como médium era buena, pero como adivina dejaba mucho que desear, porque, aparte de no adivinar que no le iba a pagar, tampoco se dio cuenta de que le robé la bola de cristal. Por cierto, por la bola no me dieron ni dos euros en el Cash Convertes.

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