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¿Microrrelato?: «Nota de suicidio de Armando Segundo»

A continuación transcribimos la nota de suicidio de Armando Segundo. Resaltar que esta nota no tiene ningún valor histórico o sociológico, pero, a pesar de lo escabroso del tema, resulta bastante divertida.

¿Habéis visto Los Miserables en el cine? ¿Habéis llorado viendo la película al reflexionar lo injusto que es el mundo? ¿Os habéis compadecido de los pobres y desheredados que salen en la película? ¿Y después habéis salido del cine, un mendigo os ha pedido una limosna y le habéis dicho algo así como “búscate un trabajo, perroflauta”? Pues… yo sí.

¿Habéis comido alguna vez en el McDonalds? ¿Y os habéis puesto unas gafas de sol y un bigote postizo para que nadie os reconozca? ¿Y después de comeros tres Big Mac habéis hecho una mala crítica del McDonalds en Trip Advisor? Pues… yo sí.

¿Habéis jugado alguna vez un partido de casados contra solteros? ¿Y habéis empezado el partido con los casados, pero en el descanso os habéis cambiado de equipo porque vuestra mujer os ha dejado por el árbitro? Pues… yo sí.

¿Alguna vez habéis intentado escribir un libro y habéis acabado escribiendo un tweet pedante? ¿Alguna vez os habéis puesto los calzoncillos por encima de los pantalones para creeros un superhéroe? ¿Alguna vez os habéis comprado un disco de The Cure, Joy Division o Alex Ubago?… Pues yo sí.

¿Alguna vez habéis escrito en Facebook algo así como: “¡Estoy harto de todo! ¡Mundo, vete a tomar por culo!”? ¿Y al poco rato os habéis sentido mejor al recibir cinco “me gustas”? Pues… yo sí.

¿Y alguna vez habéis escrito una nota de suicidio y después no os habéis suicidado? Pues… yo sí.

                                                                                                                                                                                                                         Armando Segundo.

¿Microrrelato?: «FRANKESTEIN CONVERSE 3.0»

Soy un científico obsesionado con la muerte. El infierno me lo imagino como un bar de mala muerte donde sólo sirven cerveza sin alcohol. El cielo en cambio me lo imagino como un bar fashion, donde los camareros son gente educada y amable, pero que al pedirles un “vodka martini, agitado, no revuelto”, te sirven un zumo de naranja natural. Ante esta perspectiva, decidí crear vida y alcanzar el sueño de la inmortalidad.

No me gusta experimentar con animales, no por una cuestión ética, sino porque les tengo alergia. Así que mis primeros experimentos de crear vida fueron con una zapatilla. Y, para mi sorpresa, dieron resultado.

El milagro -científico, pero al fin a cabo milagro- no se produjo en un día de tormenta, sino en un día soleado, aunque casualmente unos niños estaban explotando petardos en la calle, creando un ambiente muy misterioso y peliculero. Al ver cómo la zapatilla, una “Converse All Star”, recobraba vida, reconozco que mi esfínter tarareó la música de psicosis. La zapatilla, al oler mi miedo, destrozó mi laboratorio y salió saltando, gracias a su cámara de aire, por la ventana. Contemplé mi laboratorio destrozado y lloré amargamente; iba a ser complicado explicar al seguro qué es lo que había ocurrido.

Me atormentaba el hecho de haber creado un monstruo. A los pocos días de darle vida, oí noticias de una zapatilla que atacaba a los transeúntes dándoles puntapiés en la rabadilla. Durante un tiempo pensé en buscar y destrozar mi creación, pero finalmente decidí huir a Punta Cana con mi mujer y mis hijos y vivir amargamente mientras me gastaba la herencia de mis padres.

Hace pocos días la he localizado. Se ha abierto un perfil en Facebook. En su biografía cuenta que mantiene una relación sadomasoquista con una bota de Drag Queen. Me alegro de que haya encontrado estabilidad y su sitio en el mundo. Pero sé que aún sigue resentida conmigo, ya que no ha aceptado mi solicitud de amistad.

Microteatro en Casa: Ocupando casas para contar historias

Diez minutos antes de cada función, el maestro de ceremonias recoge a los espectadores en un punto acordado de la ciudad de Zaragoza y los conduce hasta la casa donde se llevará a cabo la representación. Una vez dentro, observamos una serie de historias protagonizadas por personajes ambiguos, que sufren insomnio, desamor, soledad, frustraciones… Es decir, observamos a gente normal como nosotros.

De manera muy sintética, esto es lo que te puedes encontrar si decides adentrarte en la experiencia del Microteatro en Casa y ya de paso aprovecho para recordar (ese es el principal motivo por el que escribo este post) que los días 18 y 19 de diciembre estrenamos la tercera edición. El menú esta vez estará formado por “Quienquiera que hubiera dormido en esta cama” y “De qué hablamos cuando hablamos de amor”. Estas dos piezas son adaptaciones de relatos de Raymond Carver, autor que ha sido fuente de inspiración constante en el trabajo que hemos llevado a cabo hasta ahora.

El proyecto del Microteatro en Casa, que surgió de Los Mancusos, está capitaneado por Javier Guzmán, director e ideólogo del mismo junto a Fran Martínez. Ambos actúan y se mueven como peces en el agua dentro de este teatro visceral y realista. Servidor, junto al propio Guzmán, me encargo de adaptar los textos. Otros actores y actrices zaragozanos también forman parte del proyecto (Gabriel Caballero, Irene Alquézar, Sara Cinca y Susana Martínez), al igual que las personas que nos han permitido ocupar sus casas para realizar la función y contar historias.

Que mejor manera de cerrar este post que con una cita de Raymond Carver: “Tú no eres tus personajes, pero tus personajes sí que son tú.” Es verdad que la frase no tiene mucho que ver con lo escrito anteriormente, pero hay que reconocer que es una cita genial sobre el arte de la interpretación.

https://www.facebook.com/microteatroencasa/?fref=ts