¿Artículo?: Consejos para ser una persona educada

¿Artículo?: Consejos para ser una persona educada

 retratoRamón Ponte Fuerte, polémico bombero torero por ser uno de los miembros fundadores de PACMA, ha escrito un libro sobre educación que ha llegado a la estratosférica cifra de dos descargas en el emule. El libro en cuestión se titula “Consejos para ser una persona educada: Pokémons contra Transformes”. A pesar del título, el libro es un auténtico bodrio, pero merece la pena comprarlo, ya que contiene un prólogo escrito por Bertín Osborne.

Ramón, que procede de una familia aristocrática de Carabanchel, afirma que se han perdido los buenos modales, en especial desde que se pusieron de moda las despedidas de soltero. A continuación transcribo algunos de los consejos que nos podemos encontrar en el citado libro.

  • Nunca hables con la boca llena. Cada año más de 200.000 personas en el mundo se quedan tuertas por esta mala costumbre.

  • Saluda siempre a tus vecinos si te cruzas con ellos. Basta con un simple “hola” o un “yepa” o incluso el saludo vulcano de Star Trek. La conversación es opcional, pero recuerda que sólo dispones de 24 horas al día y no merece la pena perder minutos hablando del tiempo que hace, de lo que vas a comer hoy o de si Rajoy se tiñe la barba o no.

  • Sonríe a la gente. Especialmente si trabajas en un “Todo a cien”. Los clientes y las ventas seguramente aumentarán.

  • Si estás con unos amigos criticando a otro que no está presente, por si acaso no seas el primero en irte del grupo. Allá tú, pero si te vas de los primeros, seguramente te pitarán los oídos como si estuvieras escuchando a Justin Bieber haciendo un dueto con un delfín.

  • Ayuda a tus vecinos mayores a subirles la compra. Excepto si padeces lumbago, claro. Además tú no tienes la culpa de que en el hogar del jubilado no les expliquen que pueden hacer la compra por Internet.

  • Si vas en autobús, cede tu asiento a mujeres embarazadas hombres con tripa cervecera. También, por supuesto, a personas mayores, y si alguno de ellos declina tu invitación, siéntalos a la fuerza. Esto lo haces por ti, no por ellos.

  • No hables de tus intimidades en público. Y si te ves obligado a ello, miente como un bellaco. Se suele decir que la realidad supera la ficción, pero en materia de sexo suele ser a peor.

  • Si se te escapa un eructo, discúlpate. Excepto si el eructo en cuestión tiene la fuerza de un huracán y despeinas a todos los presentes. En ese caso, la gente entenderá que desayunas Coca Cola.

Para acabar, permitidme también a mí dar un consejo sobre educación. Si alguien os hace la faena de regalaros este libro, no pongáis mala cara y dad las gracias. Siempre podréis utilizar sus hojas como “papirus para el porrus”.

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